El 29 de abril 2025, inicié mi viaje primaveral de Interrail hacia el norte de Europa con el objetivo de llegar a las repúblicas bálticas, tomar contacto con sus gentes y conocer el territorio, pero con mis paradas por el camino para disfrutar las estancias con anfitriones y amigos Servas. (foto 1: mapa recorrido)

Mi primera parada fue en Lyon con su historia de fabricantes de seda, su arquitectura de traboules (pasadizos entre antiguos edificios), sus 2 ríos en confluencia y sus privilegiadas vistas desde Fourvière. Mi anfitriona Servas fue Florence, que me acogió en su tranquilo paraíso de Lentilly, en el que disfrutamos de las verduras del mercado y conversaciones de nuestra historia y aficiones. (foto 2: Florence y Paloma en Lentilly)

Continué mi viaje hacia Hanover. Anke me estaba esperando en su acogedor apartamento, a pesar de que también estaba alojando a sus amigas de Berlín que habían venido para celebrar el día de la iglesia evangélica alemana (Evangelischer Kirchentag). La ciudad estaba llena de actuaciones de música y de encuentros de gente del resto de Alemania. (foto 3: Anke y Paloma en apartamento Hanover)

Mi siguiente parada fue Varsovia, mi amiga Magda me esperaba y fuimos a dar un agradable paseo cerca del río Vístula por la tarde, a cenar por el barrio de la universidad y al día siguiente hicimos una excursión en bicicleta por los meandros del río y sus bosques de pinos rojos  cerca de Lochow. (foto 4: Marga y Paloma en excursió Lochow)

Llegó el momento de iniciar mi estancia en las repúblicas bálticas con mi parada en Vilnius Lituania, histórica ciudad con vistas panorámicas desde lo alto de los restos del castillo medieval de la torre de Gediminas, la torre del campanario de la catedral o la colina de las 3 cruces. Skaidrius fue mi anfitrión, y disfrutamos de nuestras conversaciones en inglés y francés y de los deliciosos platos que preparamos juntos.  (foto 5: Skaidrius y Paloma en apartamento Vilnius)

Cuando llegué a Riga Letonia, continué por la costa hacia el oeste hasta Jurmala, ciudad con enormes playas con muchas aves y preparadas para el turismo. Kate y Arthur me acogieron y compartimos unas ricas sardinas ahumadas con queso y un paseo por los bosques de pinos llenos de plantitas de arándanos. (foto 6: Kate, Arthur y Paloma en playa de Jurmala)

Mi próximo destino era Tallin con su impresionante fortaleza medieval y la isla de Hiiumaa, donde me esperaba Rita, con quien disfruté de un recorrido por el paisaje y la historia de la isla y de un festival de música y baile de folklore de Estonia.  (foto 7: Rita y Paloma en faro de Hiiumaa)

Crucé en ferry a la isla de Saamaraa para visitarla y volví a Riga para un corto paseo y avanzar hacia la costa oeste de Letonia hasta Ventspils, donde cogí el ferry que me llevó a Nynasham, cerca de Estocolmo. A continuación, viajé hacia el norte hasta Jarvso, donde me esperaban Ingela y Lasse. Su casa estaba rodeada de colmenas de abejas y del bonito paisaje rural de esta población. Disfruté de paseos, comidas, videos de teatro y conversaciones con mis acogedores anfitriones. (foto 8: comida familiar con Ingela, Lasse y nietos)

Vaxjo fue mi siguiente destino, donde me esperaban mis amigos Eva y José, después de mi visita 2 años antes. Fue un reencuentro muy emotivo y tuve la suerte de poder celebrar el 88 cumpleaños de José en su casa situada en la tranquila campiña sueca, cerca de Aseda. (foto 9: Eva, Jose y Paloma en casa)

En Silkeborg, Dinamarca, me esperaba mi amiga Bodil, que me acogió en su nueva casa y nos pusimos al día de los últimos acontecimientos en nuestras vidas. Continué el viaje hasta Hamburg, donde me encontré con mis amigos Wiebke y Dirk, que también hacía 2 años que no veía y les expliqué mi viaje. Marché de vuelta a Barcelona, vía París, feliz por los buenos momentos vividos con mis anfitriones y amigos Servas y que intento plasmar en este relato.